
Microrreservas de Flora
Aras de los Olmos reúne la mayor superficie protegida de microrreservas de flora de la Comunidad Valenciana en parte debido a un acusado desnivel de 600 metros entre las zonas más altas de la muela de Muela de Santa Catalina, el lugar donde también se asientan los observatorios astronómicos –1.200 m. de altitud sobre el nivel del mar– y las zonas más bajas, por donde surcan las aguas del río Turia –600 m de altitud–.
Las microrreservas albergan especies raras y endémicas, a menudo amenazadas, que tienden a estar ubicadas en microhábitats, sitios de pequeña extensión que usualmente tienen características diferentes de las de su entorno macrogeográfico. Son parcelas generalmente de pequeño tamaño y siempre de elevado valor botánico, destinadas al seguimiento y conservación a largo plazo de las especies vegetales de gran interés conservacionista. Las microrreservas solo pueden ser visitadas de forma moderada y regulada, priorizando las visitas de carácter científico, cultural o educativo.
Las microrreservas de Flora declaradas y protegidas por la Generalitat Valenciana en Aras de los Olmos son el Barranco de Escaiz –destacan los sabinares de sabina albar, el pino negral y especies endémicas y raras en la flora valenciana, hasta 150 especies–; el Barranco de las Balsillas –un pinar natural de pino laricio y 55 especies de flora bascular con pendientes rocosas de naturaleza caliza–; El Cabezo A –abundancia de sabina negral y enebro junto a formaciones de ribera del río Turia, un total de 55 especies de flora vascular–; y El Cabezo B –de similares características a la anterior, esto es, coscojares con sabinal negral que entran en contacto con bosques y matorrales ribereños con sauces y chopos blancos–.